Parece que cuando hacemos alusión a un entrenador personal entramos dentro de un marco elitista a todos los efectos. Sin embargo, las particularidades de cada sujeto, tanto físicas, psicológicas como sociales hacen de esta metodología, la vía más eficiente de cara a la consecución de los objetivos en la mejora de la condición física enfocada a la salud.
En términos de eficacia, la diferencia en ocasiones reside en que el entrenamiento sea una pérdida de tiempo o estemos aprovechando cada instante de nuestra sesión.
La clave de este entrenamiento es aprovechar el tiempo que dediquemos a la práctica de la actividad física , se encuentra dentro del la filosofía de trabajo del proceso-producto: Marcamos el objetivo que pretendemos y lo desarrollamos haciendo referencia al tiempo eficaz de entrenamiento.
La diferencia de un entrenamiento personal respecto a una tabla convencional de reside en la metodología.
El entrenador puede utilizar distintos estilos de enseñanza y muestra al cliente la tarea, como ejecutarla y va corrigiendo su ejecución en todo momento. De este modo, el entrenador personal evalúa su propio trabajo tanto de programación como en la fase interactiva.
Un buen ejemplo de esta evaluación sería la observación directa del cliente en la realización de un ejercicio de press de banca, en el momento en que el sujeto no puede alcanzar el número de repeticiones establecidas con la velocidad de ejecución deseada, el entrenador puede modificar su programa inmediatamente ajustando la carga de trabajo si fuera preciso.
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